La situación actual de emergencia ecológica del planeta hace necesario tomar medidas tanto de concienciación como de acción y, tal vez, el arte puede mediar y sensibilizar en esta relación. Evocar Naturaleza es un propósito personal y a la vez un proyecto artístico y de investigación que profundiza en la relación del ser humano con la naturaleza. Las aportaciones artísticas que se muestran tienen la aspiración de propiciar en el espectador un tiempo de pausa y reflexión que le permita recordar sus experiencias y emociones, y tal vez, recuperar un sentimiento de empatía que posibilite restaurar esa conexión perdida con la naturaleza.
El hombre prehistórico era un mamífero más en el planeta y obligado, para su supervivencia, a desarrollar capacidades y recursos que le permitieran progresivamente dominar el medio natural, comenzó a desarrollar habilidades cooperativas y tecnologías que le ayudaron a evolucionar. Desde entonces hemos ido desarrollando un extraordinario dominio de las tecnologías y aparejado conocimientos que nos han llevado a la sobreexplotación de los recursos naturales que nos abastecen; una sobreexplotación de la que -por otra parte- todos somos conscientes. Hoy sabemos que la separación del ser humano de la naturaleza es ilusoria. Formamos parte de ella e intervenimos, voluntariamente o no, en sus ciclos.
La percepción de nuestro entorno inmediato y la información científica que recibimos a través de los medios de comunicación nos han permitido tomar conciencia colectiva de la situación de emergencia ecológica en la que actualmente se encuentra el planeta. Pero esta comprensión no ha sido inmediata; por el contrario, ha sido lenta y progresiva. Ha sido necesario un largo proceso de investigación, divulgación y denuncia que diferentes agrupaciones no gubernamentales han abanderado. A este respecto, Félix Guattari comenta:
La verdadera respuesta a la crisis ecológica sólo podrá hacerse a escala planetaria y a condición de que se realice una auténtica revolución política, social y cultural que reoriente los objetivos de la producción de los bienes materiales e inmateriales. Así pues, esta revolución no sólo deberá concernir a las relaciones de fuerza visibles a gran escala, sino también a los campos moleculares de sensibilidad, de inteligencia y de deseo (Guattari, 1996:9).
En relación a este mismo asunto, Byung-Chul Han advierte que, debido a nuestro ritmo de actividad, ya no reservamos tiempo para parar y pensar, y que eso nos llevará a repetir los mismos hechos, impidiendo que suceda una revolución necesaria (Han, 2023:30). Nos muestra además la necesidad y la urgencia de recuperar la conexión con la naturaleza: “La noción de protección del medio ambiente es demasiado débil frente a las inminentes catástrofes naturales. En necesaria una modificación radical del vínculo con la naturaleza” (Han, 2023:54).
Parar la mirada es la intención de este proyecto. Provocar una pausa que invite a la calma y la reflexión. Acercar al observador a la naturaleza y de este modo provocar recuerdos y sensaciones que reconecte un sentimiento de empatía.
Desde el juego y el azar, ensayo con los materiales que me invitan a la sugerencia y observo lo que sucede en una actitud de curiosidad. Este proceso de prueba y descubrimiento me sugiere temáticas y me ofrece nuevos recursos gráficos y expresivos que enriquecen las posibilidades creativas.
En estas pinturas comparto mi mirada desde el juego y el azar acercándome y descubriendo como el agua se mueve, mezcla y define el color.
En esta serie se presenta una imagen difusa, con el objetivo de parar la mirada del observador y evocar sus propias imágenes y experiencias personales.
Tener la posibilidad de conocer el relieve que el agua provoca y esconde y tocar la arcilla con la mirada, tal vez, nos reconecte con la tierra.
En esta serie, la planta medicinal es la protagonista. No se muestra de un modo figurativo representándola, se presenta. La Madre Tierra nos ofrece plantas que nos nutren y muchas de ellas tienen la capacidad de sanarnos.